La soledad marcada por indiferencia e insensibilidad es un arte, sobretodo ese aislamiento emocional después de incontables decepciones amistosas y sobretodo amorosas. No todos tienen la fortaleza de vivir así, y no pueden seguir adelante. Es un arte concluir en la aceptación de lo que somos y nos ocurre, de ser sapientes acerca de que la estadística nos dicta que somos almas desafortunadas por vagar en un mundo que no nos corresponde y nos rechaza por simple desencaje. Somos lo que nadie busca porque somos aliens a este mundo, no aceptamos lo que nos busca porque este mundo no nos pertenece y el que muchas veces nos acepta, no necesariamente nos comprende. Entre nosotros no encajamos, porque no estamos cómodos en nuestras pieles y rechazamos vernos a nosotros mismos en otros. A veces creemos que es la única solución pero el universo nos dice cuan errados son esos avances.
La soledad solo es debilidad si acaba en la disolución de la vida. Vivir sobrellevando la soledad y teniendo éxito en lo demás, es valor y fortaleza.
